La novela es, junto al cuento, una de las principales modalidades de la narrativa. Se trata del género literario contemporáneo por excelencia.
Entre sus características podemos destacar la extensión y la complejidad. Estos dos rasgos afectan a los elementos que la conforman. Así, obligan a:
- que aparezcan muchos personajes (con mayor o menor complejidad)
- que la acción se ramifique en diversos acontecimientos. Una historia principal de la que dependen varias historias secundarias. Esto suele configurar la estructura de la novela en capítulos que pueden respetar o no el orden cronológico.
- Suele ser habitual encontrarse con anticipaciones (prolepsis), retrocesos al pasado (analepsis) o supresiones (elipsis)
- que encontremos una gran cantidad de espacios algunos de ellos descritos minuciosamente
- que tanto el momento en el que se sitúan los acontecimientos (tiempo externo) como la duración de esos acontecimientos (tiempo interno) sean descritos con detalle.
- que, como cualquier narración, el narrador (o narradores) cuenten la historia en primera, segunda o tercera persona)
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